Finalmente llegó el día. El héroe del box mexicano retornó a la senda del triunfo derrotando por KOT a Alfredo Angulo. Se dio la lógica, sí, pero no de la forma que todos esperaban o deseaban. Saúl Álvarez necesitaba el triunfo y lo consiguió, pero precisaba, también, obtenerlo de forma contundente, sin dejar dudas. Que se vio a un gran Canelo sobre el ring nadie puede negarlo, mucho mejor que contra Floyd Mayweather Jr, combate en el que decepcionó y mucho. Pero el resultado quedó impregnado de la polémica. En el décimo asalto, y luego de un terrible uppercut izquierdo de Canelo, que entró de lleno en la mandíbula del Perro, el referí Tony Weeks decidió que ya era suficiente, y que Angulo no estaba en condiciones de seguir peleando. Es verdad que el castigo que le propinó el joven boxeador fue muy grande pero, ¿era necesario parar la pelea en ese momento?
Veamos como se desarrolló el combate para responder este interrogante. De entrada nomás, con la campanada inicial, para sorpresa de muchos, Canelo salió a avasallar al Perro, rol que la gran mayoría de los aficionados y especialistas consideraron que ejercería éste último. No fue así. Álvarez salió a apretar a Angulo, que se vio aplastado por la tremenda arremetida. Con rápidas y potentes combinaciones de ganchos y uppers, manteniendo las distancias con el jab izquierdo, Canelo dominó la pelea con amplia superioridad, sobre todo durante los primeros cuatro asaltos. El Perro solo ponía la cara para recibir los golpes. Su guardia hizo agua por todos lados permitiendo que el rival conectara fácilmente en su rostro.
Recién en el tercer episodio, Angulo pudo concretar algunas tibias conexiones, pero el que seguía mandando sobre el cuadrilátero era la estrella de la noche. No fue sino hasta el quinto round que, con un Canelo un poco cansado de tirar tantos golpes, el Perro se animó a acercarse al cuerpo de Álvarez. Empezó a llegarle y a levantar poco a poco su nivel, aunque la impenetrable guardia del nativo de Guadalajara hizo que los golpes recibidos tuvieran muy poca efectividad y solo unos pocos entraran con claridad.
Los round sexto y séptimo se dieron de manera muy similar, con un Perro que logró achicar bastante bien las distancias, aprovechando que Canelo recuperaba aire luego de la devastadora arremetida de los primeros asaltos. De todas formas, los golpes más claros continuaron siendo los de Álvarez. Así llegó la octava vuelta, la más vibrante del combate. A lo guapo, ambos contendientes fueron al cruce permanentemente, llevándose el Perro la peor parte y para llegar a un noveno round en que el Canelo dominó con toda claridad.
En el décimo, apareció el final anunciado. A poco de haber comenzado la vuelta, un violento upper de Canelo hizo tambalear al Perro y el referí decidió que fue suficiente, que no tenía sentido seguir arriesgándolo y decretó el KOT pese a las quejas de ambos boxeadores y de todo el público. Polémica decisión para muchos. Los que vieron las peleas de Angulo saben que su box poco ortodoxo lo lleva a absorber una gran cantidad de golpes en el afán de dañar al rival, pero en ningún momento del combate sus conexiones lograron inquietar a su contrincante y si alguien esperaba que en los episodios que quedaban el perro lograra dar con el cuerpo del Canelo en la lona, pues entonces esperaba un milagro. Tony Weeks solo adelantó lo inevitable.
Lo destacado: el Canelo mostró un gran nivel y dio suficientes argumentos para demostrar por qué está entre los mejores. Hizo todo lo que no había hecho contra Money. Ahora sí, ya tuvo su combate de regreso, pero lo que necesita es un rival de mayor peso. Quizás el nombre que más sonará en el futuro inmediato será el de Erislandy Lara, lo que sería una pelea soñada.
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