En el combate de semifondo de la velada García-Herrera de ayer, tuvimos la oportunidad de observar (no mucho, por la duración del combate) al temible Deontay Wilder. "El Bombardero de Alabama" había expresado en la ceremonia del pesaje que la gente ya sabía como iba a terminar la pelea. Vaya si cumpliría con sus palabras.
La pelea duró solo un minuto y treinta y seis segundos. El corto duelo se desarrolló con un Wilder midiendo a su rival con el jab izquierdo. Su víctima, Malik Scott, bailoteaba, trémulo, alrededor del estadounidense de dos metros de altura, intentando, desde la distancia, mantenerse alejado de los misiles explosivos de su contrincante. Poco le sirvió porque Wilder, cuando vio la oportunidad, le tiró todo el peso de su cuerpo en un gancho izquierdo que conectó de lleno en la sien. Resultado: Scott a la lona y fin de la historia.
Con esta victoria, Deontay suma un registro de ensueño: 31 victorias, 31 KO (18 de ellos en el primer round). Wilder no sabe lo que es pelear un quinto round. Su futuro se presume glorioso. El triunfo de ayer le da la posibilidad de retar al campeón del CMB, campeón que se decidirá en la contienda entre Chris Arreola y Bermane Stiverne dado que el título se encuentra vacante.
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