Sergey Kovalev noqueó a Cedric Agnew y retuvo su título mundial semipesado OMB. El ruso fue pura potencia, conservó el invictó y sumó otro KO a su temible registro profesional. Tras el triunfo, apuntó contra Adonis Stevenson: "Es un pedazo de mierda".
Siete asaltos se prolongó la pelea, aunque las apuestas indicaban que no pasaría del quinto. Esta vez, los que ponen dinero en juego no acertaron, pero bien podrían haberlo hecho. El combate desarrollado en el Boardwalk Hall de Atlantic City fue un monólogo de Kovalev. El soviético ni se tomó tiempo para medir la distancia, tampoco para probar golpes. Desde el primer asalto, Krusher se cegó con un único objetivo: noquear. Agnew, respetuoso del campeón, comenzó la pelea como la terminó, a la defensiva, con una guardia ortodoxa inamovible y porcentaje muy bajo de lanzamientos. No había que ser experto para anticipar el resultado final.
Tras un primer knockdown del retador estadounidense -que llegó invicto al duelo- en la segunda vuelta, Kovalev aumentó la cantidad y potencia de sus golpes. Con un buen uso del jab izquierdo, más oportunos ganchos con ambas manos, arrinconó a su rival constantemente. En el cuarto round, un cabezazo involuntario de Agnew abrió un corte en la ceja derecha del ruso. Sin embargo, ni siquiera así Sergey disminuyó su intensidad. Por el contrario, ver su propia sangre funcionó como estímulo para el boxeador que defendía su corona por segunda vez.
En el séptimo asalto, Krusher decretó el triunfo con un gancho al hígado, que impactó limpio y puso límite a la resistencia de Agnew. Fue el KO número 22 para el ruso, cuyo récord asciende a 24-0-1. Con la victoria, amplió su porcentaje de knockouts a la increíble cifra de 88%, solo por debajo de dos boxeadores del circuito, Gennady Golovkin (89%, peso mediano) y Deontay Wilder (100%, peso pesado).
Tras el triunfo, a Kovalev le pidieron una opinión sobre Adonis Stevenson (23-1, 20 KO), el campeón semipesado del CMB que se negó a combatir bajo la excusa de que no es el momento. Krusher respondió con la misma fuerza con la que golpea: "No quiero hablar sobre Stevenson, es un pedazo de mierda". El ruso también aseguró que aún no tiene a su futuro rival en carpeta, pero desea otro título mundial.
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