Danny García se impuso a Mauricio Herrera por decisión mayoritaria y conservó sus títulos mundiales superligero CMB y AMB. El combate estuvo marcado por la iniciativa y la agresividad del retador, que puso en aprietos al campeón y en duda la decisión final de los jueces. Swift mantuvo el invicto profesional y declaró que, de cara a su próxima pelea, analizará un cambio de categoría a un pesaje mayor.
En la noche del sábado, durante largo rato, el numeroso público puertorriqueño que copó el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón se quedó mudo. Su niño mimado, Danny García, que se presentó por primera vez en el país isleño para defender sus dos cinturones, estuvo lejos de cumplir con lo que dictaminó el análisis previo: un triunfo holgado. El rival de turno, Mauricio Herrera, llegó con un registro poco prometedor -poca actividad, bajo porcentaje de knockouts- y una carrera de cercano punto final. Sin embargo, el Maestro sorprendió a todos cuando se transformó en el protagonista del duelo y acorraló, desde la primera campanada, al campeón estadounidense.
La acertada estrategia del retador se apreció desde el primer asalto. Herrera, de menor altura que García, mantuvo corta la distancia en todo momento. De esa forma, capitalizó la potencia de sus golpes, que lanzó con vehemencia y en grandes cantidades. Swift se vio sorprendido por la agresividad del adversario, merodeó el cuadrilátero durante los primeros rounds y, llamativamente, pese a que lo hizo de manera oportuna, escatimó demasiado el uso de sus puños.
Episodio tras episodio, se acentuó la tendencia: Herrera buscó, García aguardó. El campeón desperdició mucho tiempo en la búsqueda de un knockout de contragolpe que jamás llegaría. El Maestro se sirvió de esa mala decisión y ganó con comodidad el segundo y tercer asalto. Recién hacia la mitad de la pelea, con un Herrera menos belicoso por el cansancio, Swift aumentó la cantidad de lanzamientos y comenzó con sus clásicas combinaciones jab-cruzado-swing. Las conexiones del defensor de los títulos emparejaron la batalla, pero el retador no se relajó. Desde el séptimo round, ambos causaron daño real en el rostro ajeno.
Sobre el final, llegó la arremetida de García. El boxeador de ascendencia boricua aprovechó la caída del rendimiento de Herrera, producto de la demanda física que le acarreó la intensidad inicial, y salió victorioso en los asaltos 8, 10 -el más entretenido de todos- y 11. En el capítulo final, el Maestro utilizó sus últimas fuerzas para conectar cuatro golpes certeros al rostro del campeón, que, cegado por la cercanía del cierre del combate, arremetió con voluntad y violencia, pero sin puntería ni recaudos.
El veredicto de los jueces no se hizo esperar. Verdaderamente, no se podía anticipar el resultado y la impaciencia reinó en el coliseo. La decisión fue mayoritaria a favor de Danny García. Dos tarjetas indicaron 116-112; la restante, 114-114. Swift defendió sus títulos y conservó el invicto, pero dejó una mala imagen. Fue Herrera, el rival de menor envergadura desde su coronación hace dos años, el que le causó más problemas. Tras la victoria, el campeón indicó que considerará seriamente subir a peso wélter por lo difícil que le resulta hace tiempo mantenerse en 140 libras. Sea en la categoría que sea, García deberá, en su próxima pelea, disipar las dudas que dejó el último sábado en Bayamón.
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