Mucho se habló de su dificultad para dar el peso correcto, la derrota ante Segio Martínez, su suspensión por dóping, la victoria dudosa ante el propio Brian Vera, sus condiciones aparentemente alicaídas. Pero en Texas, Chávez Jr volvió a demostrar todo el potencial que ciertamente posee como boxeador. El hijo de la leyenda apareció en el pesaje con un físico totalmente recuperado y sin kilos de más. Allí mismo ya se vislumbró la confianza en su mirada, esa que estuvo ausente la última vez que había pisado el ring, esa que demostró en el Alamodome de San Antonio el sábado por la noche.
Chávez enfrentó por segunda vez a Vera, un rival de virtudes y defectos similares: golpes potentes, mandíbula fuerte y guardia descuidada. Aunque las cualidades tomaron mayor envergadura en los guantes del mexicano. Desde el primer asalto, el oriundo de Culiacán buscó el triunfo que disipe las dudas y las críticas. Con un uso del jab izquierdo desconocido hasta entonces en él, Julio César buscó el rostro del estadounidense de forma constante. Esto le permitió combinar con puntería con su mano hábil, la derecha, que fue la que causó los daños más profundos a través de una enorme cantidad de cruzados conectados.
Brian Vera tuvo una ráfaga de buen boxeo en el segundo round, pero no fue más que unos minutos. El nacido en Austin acusó una lesión en su puño izquierdo, arma predilecta, entre el tercer y cuarto asalto. Una razón más que explica la contundencia y la indiscutible superioridad de Chávez Jr, cuyo porcentaje de acierto (49%) dejó en descubierto la buena preparación que llevó a cabo durante los últimos meses. El mexicano fue al choque cuando fue necesario, pero también mantuvo la distancia. Mostró un interesante repertorio de golpes y contó además con esa resistencia característica de los boxeadores de su país. No hay que omitirlo: el sinaloense recibió muchos directos en el rostro y si no fuera por su dureza encomiable la historia hubiera sido diferente.
Tras los doce rounds, las tarjetas marcaron el inobjetable resultado: 114-113, 117-110 y 117-110 a favor de Julio César, que ganó el cetro continental supermediano del CMB. En declaraciones post combate, Chávez dijo que con gusto enfrentaría nuevamente a Maravilla Martínez si éste se impone a Miguel Cotto el próximo 7 de junio. Sin embargo, otro nombre asoma en el futuro del mexicano, Gennady Golovkin. El kazajo, campeón invicto de peso mediano AMB, sería el candidato más viable para combatir con Jr en julio. Un duelo -con cinturón en disputa- que le serviría a uno y otro para realzar su carrera, y a los espectadores para deleitarse con dos de los púgiles más duros del mundo.
Matías Ciancio
@matiashciancio
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