martes, 8 de abril de 2014

Tiempo de Revancha: Pacquiao Bradley II

Pacman enfrentará nuevamente a la "Tormenta del Desierto"

Este sábado 12 de abril en el MGM Grand de Las Vegas, Manny Pacquiao tendrá la posibilidad de recuperar en combate lo que le fue robado hace dos años frente al mismo rival, Timothy Bradley: el título de campeón mundial de la OMB.

Ese primer enfrentamiento del 9 de junio de 2012 fue una dura derrota para Pacquiao porque hizo una pelea claramente superior a su adversario, pero los jueces, Duane Ford y la polémica C.J. Ross, esta última recordada también por el 114-114 en Mayweather-Álvarez, puntuaron 115-113 a favor de Bradley. Solamente el juez Jerry Roth dio las tarjetas a favor del filipino, por los mismos puntos que los anteriores. Fue un robo. Manny controló toda la pelea con mayor movilidad y mayor efectividad en los golpes conectados, que fueron muchísimos comparados con la cantidad que arrojó Bradley sobre los últimos asaltos, ya que los dos primeros tercios del combate no encontró respuestas para rebatir al rival. Pacquiao perdía un invicto de 15 peleas acumuladas durante 7 años, siendo la caída aún más dolorosa.

Luego de esta derrota, Pacquiao enfrentó a un viejo conocido: el legendario campeón mexicano Juan Manuel Márquez, cuarto encuentro entre ambos, con 2 victorias para Pacman y un empate. Nuevamente, Pacquiao comenzó dominando el combate, siempre manteniendo la movilidad y buscando los huecos para conectar y lastimar, apuntando preferentemente al rostro, produciéndole un sangrado en la nariz. Márquez se mostró cauto frente a los avances de Pacquiao, sin mantener distancia, para poder golpearlo de contra. En el final del sexto round, Manny se distrajo tratando de arrojar un golpe de derecha que lo expuso demasiado, el mexicano, más enfocado y metido en el combate, aprovechó para conectar su golpe más fuerte al rostro que, junto con el campanazo final, desparramaron a Pacquiao a un costado del cuadrilátero y no volvió a levantarse.

Al borde del retiro, con la moral muy baja, vuelve a subir al ring para enfrentar esta vez a la joven figura mexicana Brandon Ríos, el 24 de noviembre de 2013 en Manaos, China. Si bien Ríos es recordado por haber ganado el título de los ligeros AMB frente al venezolano Miguel Acosta, no estuvo a la altura del combate. Estático, con una guardia cerrada, prácticamente no arrojó golpes, de las pocas manos que tiró ninguna representó un peligro real para Manny. Por su parte, el filipino, mantuvo nuevamente el desplazamiento por el ring con paso lateral, y con pasos hacia delante y hacia atrás, disparó golpes rápidos, certeros, que cortaron la cara de Ríos. No fue la mejor actuación de Pacman, pero le bastó para ganar por puntos en decisión unánime, sumada a la responsabilidad del entrenador por Robert García, que le cedió todo el protagonismo.

Por su lado, Tim Bradley agigantó su figura después de la victoria sobre Manny. Según fuentes médicas, ese primer combate Bradley estaba con el pie izquierdo fracturado y sufría una torcedura en el tobillo derecho, lesiones que padeció luego de subirse al ring, una en el primer asalto y la otra en el quinto. Eso puede explicar la poca movilidad que mostró, siendo un luchador tan versátil, dicho con sus propias palabras. Su siguiente oponente fue otro pupilo de Freddie Roach, el temible ruso Ruslan Provodnikov. El estilo de Provodnikov, incluso bajo la tutela de Roach, es ir hacia el frente absorbiendo golpes del rival, sin cuidar la guardia, para poder acortar la distancia y descargar golpes cruzados, furiosamente, ya que muestra una gran resistencia a los impactos en el rostro. Bradley resolvió fácilmente la batalla dominando el centro del ring, mostrándose más activo y veloz, tanto de piernas como de brazos, y castigó sin compasión la cara del ruso hasta hacerlo sangrar con un peligroso corte en el párpado izquierdo. Provodnikov parece invencible, imparable, pero pierde en las tarjetas contra un rival de jerarquía. La pelea se definió por decisión unánime a favor del norteamericano.

El último combate de Bradley fue nada menos que contra Márquez. Otra vez, el yanqui se mostró muy rápido y técnico, demasiado escurridizo para las rudas manos del mexicano, que prácticamente no pudo conectarle golpes importantes, más allá de que propuso el contacto durante los 12 asaltos. Finalmente Bradley dominó la pelea, pese a algunos altibajos, y se impuso también por puntos en decisión dividida, resultado del combate que me pareció acertado ya que en decisión unánime hubiera sido injusto.

Bradley llega a esta nueva pelea con Pacquiao con "más hambre" que su rival, hambriento de gloria. Lo que se le robó a Manny se le niega al mismo tiempo a Bradley, ya que ganar así no es ganar. Debe demostrar verdaderamente que es mejor boxeador, y debe hacerlo arriba del ring. Tiene recursos para demostrarlo. Llega mejor a esta pelea, invicto, joven, y con mejor nivel que nunca. Se le debe reconocer también que soporta los 12 asaltos sin problemas gracias a su excelente estado físico, y pese a ser muy movedizo no teme plantarse en los cruces más riesgosos. Su único punto débil es su poca estabilidad de pies, el mismo defecto que tiene Maravilla Martínez y otros boxeadores que suelen desplazarse mucho sobre el cuadrilátero. Pacquiao llega viejo, desmoralizado, más cerca del retiro que de prolongar el reconocimiento, pero no deja de ser uno de los luchadores más destacados de los últimos tiempos que debe reivindicarse en una última batalla. La derrota significaría posiblemente el fin de su carrera, dicho por el mismo Freddie Roach. Lo que puede aprovechar es, justamente, la poca estabilidad de Bradley, pero todas sus otras virtudes son la razón por la cual no conoce la derrota. Los pronósticos anuncian la victoria de una Tormenta del Desierto, pero espero que Manny pueda frenarla, para recuperar lo que le han quitado, lo que sin dudas merece, porque ya se lo ha ganado.

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