domingo, 3 de agosto de 2014

Ríos - Chaves: La guerra sucia


El argentino no pudo contra la astucia de Brandon Ríos ni con la severidad del referí, Vic Drakulich, que primero le descontó dos puntos por faltas y comportamiento indebido, y luego paró la pelea en el noveno decretando la victoria del estadounidense por descalificación.

Más que una pelea, Chaves y Ríos nos ofrecieron una verdadera guerra, con bombazos de todos los calibres posibles. Desde el arranque salieron a conectar con violencia. Ríos, como siempre, tratando de pelear en corto, y Chaves, que aceptó riesgosamente el desafío, se dedicó a bancar los trapos en el suelo que más favorece al local. Aun así, La Joya le boxeó muy bien, conectó volados y apuntó siempre al rostro. Bam Bam no hizo otra cosa que avanzar con exagerada verticalidad para disparar sus cañones en la cabeza del sudamericano, en principio, con poca eficacia.

Para evitar el correteo por el ring, el argentino comenzó a frenar los intercambios más peligrosos de Brandon recurriendo al agarre de brazos. Junto con el desarrollo de la pelea esta práctica comenzó a ser exageradamente frecuente pero efectiva. Entre el abuso del clinch por parte de Chaves y las mañas del norteamericano, la contienda comenzó a mancharse hasta salpicar la paciencia de Drakulich, el árbitro, que se dedicó a ganarse el sueldo interviniendo en casi en todos los cruces. Apenas en el tercer asalto ya le estaba descontando un punto a Chaves.

Durante el combate, Diego mantuvo el boxeo vistoso mencionado anteriormente y por momentos supo mantener una distancia prudente, sobre todo cuando se lo notaba un poco falto de aire. De esta manera, logró huir de la persecución de Ríos y evitar los agarres que tanto molestaron al juez sobre el cuadrilátero. De contra, Chaves conectó buenos golpes en largo, de izquierda, y ya con el oponente encima, castigó cruzado al rostro. Ante el riesgo de los cabezazos en los agarres y luego de derribar con empujón a Chaves, Brandon también fue penalizado con un punto en el quinto asalto.

En los rounds siguientes, la pelea se mantuvo pareja luego de un dominio ajustado pero claro en favor del visitante. No hubo variaciones por parte de Ríos, y Chaves alternó entre la distancia y la movilidad para recuperar aire y volver a arremeter con golpes fuertes al rostro. Bam Bam siempre le respondió a las conexiones más potentes con una provocadora sonrisa. En el penúltimo asalto, en una de los tantos agarres, el argentino tomó al yanqui del cuello con el brazo, y ejecutando una enredada llave, terminaron los dos desparramados por el suelo. Ya reincorporados, acudieron nuevamente al clinch, imponiendo los brazos al frente con poca cautela y mucha picardía. Ríos, que ya estaba enfadado para ese entonces, comenzó a quejarse ruidosamente para que el árbitro finalmente detuviera el combate y entregara el deshonor de una sucia victoria para el pupilo de Robert García, descalificando a La Joya. Un papelón.

Hasta ese momento, diego Chaves había logrado con mucho esfuerzo redimirse de sus anteriores combates, que, aclaro, fueron resultados justos, tanto la derrota con Thurman como la victoria frente a Godoy, pero que no lo habían mostrado en su mejor nivel. Del otro lado, Brandon Ríos sólo demostró ser un boxeador sólido para el avance y fuerte para golpear, pero sigue sin tener herramientas que le permitan torcer un combate sin caer en la ilegalidad deportiva y las famosas mañas "de oficio". Una pelea que significa muy poco para el norteamericano y que no le devuelve "eso" que perdió frente a Pacquiao y Alvarado.

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