Mayweather vs. Castillo I
A continuación, el análisis de las dos peleas que Floyd Mayweather
Jr afrontó contra un mismo oponente, José Luis "El Terrible" Castillo, hecho aislado en la carrera de Money hasta el MayHem contra Marcos Maidana. Los duelos contra el
mexicano constituyen el único antecedente de revancha que dio el estadounidense.
Para este ejercicio nos situaremos en abril de 2002. El escenario, el
MGM de Las Vegas. Tras cuatro años como campeón superpluma del CMB, con ocho defensas
exitosas, Mayweather saltaba hacia una categoría superior. José Castillo era el
campeón regular de los ligeros, posesión que ostentaba desde el 2000.
En los primeros cuatro
asaltos, Mayweather manejó el combate fiel a su sana costumbre, al ritmo del ejercicio celestial que impuso con su endemoniado jab izquierdo. Incluso, en el primer round,
se dio el lujo de mostrarse mucho más agresivo de lo habitual, ya que
naturalmente es un boxeador acostumbrado a exprimir el jugo del contragolpe. El
retador estadounidense alternó el rostro y la
zona hepática. Castillo veía venir los golpes, los recibía, y luego intentaba
fallidamente devolver con la misma moneda. Se luchaba al ritmo de Mayweather
y como él quería. En este lapso, Floyd lanzó más golpes que su
contrincante y con muy buena efectividad.
Recién en el tercer asalto, Castillo mostró algo de interés ofensivo,
conectando un 1-2 potente que fue absorbido por la guardia del Pretty Boy. Sin
embargo, Floyd relucía su velocidad de piernas dejando en ridículo al mexicano
cada vez que éste quedaba golpeando el aire.
A partir del quinto, algo en Castillo cambió. Comenzó a calentar
los motores. Se despertó de ese letargo irritante que lo llevaba a lanzar
piñas con escasa continuidad. Elevó su efectividad, sobretodo, maximizando sus
golpes cuando Mayweather deambulaba contra el ensogado. Allí estuvo la virtud
del mexicano, llevar al yanqui a ese terreno en el que, al menos esa noche, no
aparentaba la habitual seguridad para imponer su estilo.
En lo restante, Mayweather intercaló rounds regulares con un Castillo
que, con muchas ganas pero no tantas ideas, trató de sacar réditos cuando su rival iba contra las cuerdas. En el octavo asalto, El Terrible tuvo el descuento
de un punto por pegar luego del pedido de break. Mayweather, para no ser
menos, también sufrió la quita de un punto en el décimo, cuando abusó de sus
clásicos codos contra el oponente en el clinch.
Las tarjetas oficiales indicaron 116-111,
115-111 y 115-111 ¿Fue una pelea cerrada? Sí. ¿Fue una noche no muy lucida del
Pretty Boy? También. Pero para nada fue ganador el mexicano. La
diferencia estuvo en los pequeños detalles, en los momentos en que Mayweather
impuso la velocidad de sus piernas y la ejecución de contragolpes. La diferencia de categoría. Sus
combinaciones y su jab dijeron presente con mayor continuidad que el rival.
Castillo puso voluntad, pero no tuvo una ofensiva desbordante para terminar
de quebrar a Floyd y convencer a los jueces. He tenido la posiblidad de ver varios portales
mexicanos que publicaron que el combate fue un robo. Este juicio, a mi entender, es
totalmente errado.
Mayweather vs. Castillo II
Ante el escenario planteado, la revancha era prácticamente una
obligación para Money. Dadas las suspicacias y quejas por parte del equipo
rival, tras ocho meses, el día llegó. El combate comenzó con ciertas similitudes al anterior:
Mayweather obrando con su jab izquierdo, arriba, abajo, trabajando el cuerpo y
el rostro de su oponente. El juego de repeticiones con el gancho izquierdo
daba sus frutos. Castillo, otra vez, comenzó con los engranajes oxidados. Sus
combinaciones se reducían a intentos fallidos de todo a una mano, agravadas por la
inconsistencia de estas reiteraciones. El tercer round fue una exhibición de piernas
por parte de Floyd.
Recién en el 4to asalto, el azteca mejoró la performance ante los retos
de su esquina. Así, en el juego sucio, en el amarre, en el achique contra el
ensogado, llevó la pelea a un lugar donde Mayweather no estuvo tan atento, y
supo conquistar dos asaltos. En comparación con la anterior batalla, Castillo
arrojó más, erró en igual proporción. Floyd aumentó su efectividad, lanzó menos, pero mejor.
En la segunda mitad del combate, Mayweather hizo casi todo bien.
Tuvo tres últimos asaltos brillantes en ataque y defensa. Dejó claro que era mucho más que su rival. Castillo, esta vez, no contó con la
colaboración de Money, y su escaso potencial se vio perjudicado por una mejor
versión del estadounidense. Pocas veces lo pudo encontrar contra las cuerdas y, ahora sí, Mayweather cerró con mucho más
margen la pelea. Las tarjetas oficiales: 115-113, 115-113 y 116-113.
¿Qué se puede sacar en limpio de estas presentaciones? Mayweather elevó su
rendimiento en comparación a la primera pelea. Supo dónde estuvieron los
errores y trabajó sobre ellos. Por más que los jueces no lo
marcaron, la revancha tuvo una diferencia más marcada entre ambos púgiles. Su mejor
versión se vio en los últimas vueltas. Por su parte, el rendimiento de Castillo mermó.
Queda entonces una única pregunta, sin respuesta hasta el 13 de septiembre. ¿La segunda será la vencida para Maidana?
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