martes, 12 de agosto de 2014

El antecedente de la única revancha: Mayweather vs Castillo

 Mayweather vs. Castillo I

A continuación, el análisis de las dos peleas que Floyd Mayweather Jr afrontó contra un mismo oponente, José Luis "El Terrible" Castillo, hecho aislado en la carrera de Money hasta el MayHem contra Marcos Maidana. Los duelos contra el mexicano constituyen el único antecedente de revancha que dio el estadounidense.

Para este ejercicio nos situaremos en abril de 2002. El escenario, el MGM de Las Vegas. Tras cuatro años como campeón superpluma del CMB, con ocho defensas exitosas, Mayweather saltaba hacia una categoría superior. José Castillo era el campeón regular de los ligeros, posesión que ostentaba desde el 2000.

En los primeros cuatro asaltos, Mayweather manejó el combate fiel a su sana costumbre, al ritmo del ejercicio celestial que impuso con su endemoniado jab izquierdo. Incluso, en el primer round, se dio el lujo de mostrarse mucho más agresivo de lo habitual, ya que naturalmente es un boxeador acostumbrado a exprimir el jugo del contragolpe. El retador estadounidense alternó el rostro y la zona hepática. Castillo veía venir los golpes, los recibía, y luego intentaba fallidamente devolver con la misma moneda. Se luchaba al ritmo de Mayweather y como él quería. En este lapso, Floyd lanzó más golpes que su contrincante y con muy buena efectividad.

Recién en el tercer asalto, Castillo mostró algo de interés ofensivo, conectando un 1-2 potente que fue absorbido por la guardia del Pretty Boy. Sin embargo, Floyd relucía su velocidad de piernas dejando en ridículo al mexicano cada vez que éste quedaba golpeando el aire.

A partir del quinto, algo en Castillo cambió. Comenzó a calentar los motores. Se despertó de ese letargo irritante que lo llevaba a lanzar piñas con escasa continuidad. Elevó su efectividad, sobretodo, maximizando sus golpes cuando Mayweather deambulaba contra el ensogado. Allí estuvo la virtud del mexicano, llevar al yanqui a ese terreno en el que, al menos esa noche, no aparentaba la habitual seguridad para imponer su estilo.

En lo restante, Mayweather intercaló rounds regulares con un Castillo que, con muchas ganas pero no tantas ideas, trató de sacar réditos cuando su rival iba contra las cuerdas. En el octavo asalto, El Terrible tuvo el descuento de un punto por pegar luego del pedido de break. Mayweather, para no ser menos, también sufrió la quita de un punto en el décimo, cuando abusó de sus clásicos codos contra el oponente en el clinch.

Las tarjetas oficiales indicaron 116-111, 115-111 y 115-111 ¿Fue una pelea cerrada? Sí. ¿Fue una noche no muy lucida del Pretty Boy? También. Pero para nada fue ganador el mexicano. La diferencia estuvo en los pequeños detalles, en los momentos en que Mayweather impuso la velocidad de sus piernas y la ejecución de contragolpes. La diferencia de categoría. Sus combinaciones y su jab dijeron presente con mayor continuidad que el rival. Castillo puso voluntad, pero no tuvo una ofensiva desbordante para terminar de quebrar a Floyd y convencer a los jueces. He tenido la posiblidad de ver varios portales mexicanos que publicaron que el combate fue un robo. Este juicio, a mi entender, es totalmente errado.

 Mayweather vs. Castillo II

Ante el escenario planteado, la revancha era prácticamente una obligación para Money. Dadas las suspicacias y quejas por parte del equipo rival, tras ocho meses, el día llegó. El combate comenzó con ciertas similitudes al anterior: Mayweather obrando con su jab izquierdo, arriba, abajo, trabajando el cuerpo y el rostro de su oponente. El juego de repeticiones con el gancho izquierdo daba sus frutos. Castillo, otra vez, comenzó con los engranajes oxidados. Sus combinaciones se reducían a intentos fallidos de todo a una mano, agravadas por la inconsistencia de estas reiteraciones. El tercer round fue una exhibición de piernas por parte de Floyd.

Recién en el 4to asalto, el azteca mejoró la performance ante los retos de su esquina. Así, en el juego sucio, en el amarre, en el achique contra el ensogado, llevó la pelea a un lugar donde Mayweather no estuvo tan atento, y supo conquistar dos asaltos. En comparación con la anterior batalla, Castillo arrojó más, erró en igual proporción. Floyd aumentó su efectividad, lanzó menos, pero mejor.

En la segunda mitad del combate, Mayweather hizo casi todo bien. Tuvo tres últimos asaltos brillantes en ataque y defensa. Dejó claro que era mucho más que su rival. Castillo, esta vez, no contó con la colaboración de Money, y su escaso potencial se vio perjudicado por una mejor versión del estadounidense. Pocas veces lo pudo encontrar contra las cuerdas y, ahora sí, Mayweather cerró con mucho más margen la pelea. Las tarjetas oficiales: 115-113, 115-113 y 116-113.

¿Qué se puede sacar en limpio de estas presentaciones? Mayweather elevó su rendimiento en comparación a la primera pelea. Supo dónde estuvieron los errores y trabajó sobre ellos. Por más que los jueces no lo marcaron, la revancha tuvo una diferencia más marcada entre ambos púgiles. Su mejor versión se vio en los últimas vueltas. Por su parte, el rendimiento de Castillo mermó.

Queda entonces una única pregunta, sin respuesta hasta el 13 de septiembre. ¿La segunda será la vencida para Maidana?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario