En un martes donde la
Argentina amaneció expectante por el cruce de Octavos de
Final contra Suiza, una noticia instauró al Chino en la boca de todos. Floyd
Mayweather Jr. declaró que, el 13 de septiembre, vuelve al ring y su rival será
ni más ni menos que el santafecino de Margarita. Renace la ilusión.
"La revancha se la
tengo que dar yo, porque yo le gané". Marcos Maidana terminaba de pelear contra
el mejor libra por libra y, lejos de achicarse, de mostrarse acongojado, frente
en alta, con la cabeza erguida, el oriundo de Margarita disparó contra Mayweather.
“La revancha se la tengo que dar yo,
porque yo le gané”. Maidana no derrotó al invicto campeón Welter del CMB y
AMB, pero lo hizo sufrir como nadie. Pocas veces, al esperar de la boca del
anunciador los resultados de las tarjetas, el rostro de Floyd mostraba dudas,
incertidumbre. El argentino sacó todo lo que tenía a disposición, producto de
un corazón que le permite entregar todo de sí. Uno de los jueces dio empate.
Si bien en la conferencia post pelea ambos bromearon, y el mismo Floyd
se comprometió a darle la revancha, los días pasaban, las horas se acumulaban. Nombres
y más nombres comenzaban a desfilar por la mente de “Money”. Danny García,
Shawn Porter, Amir Khan, Keith Thurman y el mismísimo Manny Pacquiao. A casi
dos meses y medio de la cita que tiene pactada Mayweather con Showtime para su
próxima presentación, sábado 13 de septiembre, el carismático púgil
estadounidense sorpresivamente, en una entrevista brindada en la presentación
de los premios BET, descargó, como al pasar, la siguiente frase: “Todavía
estamos haciendo números del record de pay per view. El 13 de
setiembre, de vuelta a los negocios. Marcos Maidana-Floyd Mayweather parte 2. Y
luego en mayo voy a tener una gran sorpresa para ti".
A partir de allí, la alegría, la conmoción. Marcos Maidana se expresó
a través de la red social Twiter: “REVANCHA en negociaciones. Respeto por Floyd
Mayweather hombre de palabra, auque en el ring solo hablan los puños”.
Que termine pronto el tiempo de negociaciones, que comience el duro
entrenamiento. Un pueblo, un púgil, una ilusión. Destronar al mejor libra por
libra. Escribir la historia con tinta latina.
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