Saúl Álvarez le ganó por decisión dividida a Erislandy
Lara (117-112, 115-113, 113-115) y estiró su récord a 44-1-1. El mexicano
dominó el combate sin sobresaltos. El cubano, que no estuvo a la altura de sus
declaraciones previas, se vio ganador y pidió la revancha. La próxima pelea de
Canelo, sin embargo, podría ser ante Miguel Cotto.
Con la potencia física de siempre y con el hambre que no pudo
satisfacer aquella noche del 8 de marzo, cuando Tony Weeks detuvo el combate ante
Alfredo Angulo y lo dejó con ganas de más. Canelo había tenido una floja
actuación frente a Floyd Mayweather Jr y quería recomponer su imagen. Se midió
con el Perro, pero no quedó conforme pese al triunfo por KOT. Anoche, finalmente,
se sacó la espina. Enfrente, un Erislandy Lara que lo buscó. Y lo encontró.
El mexicano se adueñó del protagonismo desde el primer round.
Fiel al estilo histórico de boxeo de su país, Álvarez fue al frente, intentó quitarle
aire a su rival con lanzamientos laterales sobre la zona hepática y logró dañar
con golpes frontales sobre el rostro. Incluso buscó un knockout que nunca llegaría
solo por la agilidad de Lara para escabullirse de las violentas arremetidas.
Por su parte, el cubano ni siquiera pudo explotar sus puntos
fuertes. La movilidad y velocidad solo le sirvieron para evadir el
enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Los pocos asaltos que lo vieron ganador fueron
aquellos en los que Canelo pareció tomarse un descanso y las conexiones que
llegaron con acierto a la humanidad del azteca se debieron más a la búsqueda
desenfrenada del KO por lado del de Jalisco que a la propia habilidad y
técnica. Aunque uno de los jueces lo vio ganador -aunque él mismo lo hizo tras
el anuncio del fallo-, Lara no revalidó con los puños lo que había anticipado durante
tanto tiempo en la previa.
El último asalto fue el mejor y más parejo de la pelea. El
mexicano, en una demostración de estado físico óptimo, esperó hasta el final
para lanzar los golpes más furiosos. The American Dream, a quien le convino la vehemencia
ofensiva del rival para contraatacar, concretó sus mejores entradas a través
del jab derecho y el uno-dos. Fue un atractivo duelo de combinaciones que llevó
las pulsaciones al ritmo más alto justo en el epílogo del combate.
"Gané porque vine a pelear y golpear, no a correr",
dijo Canelo tras conocer el resultado definitivo de las tarjetas. La crítica al
estilo fue recogida por un Lara que exigió inmediata revancha. Sin embargo, en
el horizonte de Álvarez asoma el campeón mediano CMB Miguel Cotto. El
puertorriqueño, que le quitó el cinturón a Maravilla Martínez hace un mes, sería
una prueba de fuego para este azteca con récord de ensueño que el próximo
viernes cumplirá 24 años.
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