Víctor Emilio Ramírez retuvo el título latino crucero FIB tras vencer por KO a Cleiton Conceicao en el cuarto asalto. Tras la suspensión de la pelea tiempo atrás, el Tyson del Abasto mostró la misma solidez que arrastra desde su regreso a los cuadriláteros y sumó otra victoria que lo acerca al sueño de pelear contra Yoan Pablo Hernández, campeón mundial de la categoría.
El apodo encaja a la perfección. Salvando las distancias de técnica y potencia, el estilo de Ramírez es el mismo que llevó a Mike Tyson a lo más alto del boxeo mundial. El oriundo de Ezeiza sale a pelear con los dientes apretados, el ceño fruncido y la intención de conseguir un triunfo por la vía rápida desde el primer round. El sábado, ante el brasileño Conceicao, demoró tres más de lo que quisiera, pero el knockout llegó, como viene llegando siempre en sus últimas presentaciones.
Sin precauciones a la hora de defenderse, pero con una agresividad y fuerza desmedida, Ramírez superó en todas las vueltas a su rival de turno. Fue en el segundo minuto del cuarto asalto, y tras haber caído previamente, que conectó tres izquierdas seguidas y derribó al púgil de Sao Paulo. Tras la cuenta, el árbitro decretó la vigésima victoria del Tyson, que estiró su récord a 20-2 y sumó su KO número 16.
El triunfo lo posicionó aún mejor en el ranking de la FIB y engrosó sus posibilidades de medirse al campeón de la categoría en la Federación, el cubano Yoan Pablo Hernández (28-1, 14 KO), aunque desde el entorno de Ramírez no descartan la ansiada revancha ante Marco Huck (36-2-1, 25 KO), el alemán que le quitó el título mundial crucero OMB en 2009. No suele transcurrir demasiado tiempo entre peleas del Tyson, por lo que pronto se sabrá si peleará nuevamente en Villa La Ñata y viajará al extranjero a buscar prestigio internacional.
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