Anoche, en Nebraska, el local Terence Crawford estiró su invicto a 24 victorias derrotando al cubano Yuriorkis Gamboa, hasta ayer también invicto, en el noveno asalto por KO. Así, retiene su título ligero OMB.
Pese a 4 meses de inactividad Gamboa se mostró bastante movedizo, sin óxido en los granajes. Luego del primer tercio de pelea, donde se notó porque es uno de los mejores pugilistas de la actualidad, la pelea se torció en favor del estadounidense que lo castigó en cada cruce. La batalla se volvió dramática porque, Gamboa no quiso ser menos, y fue siempre a buscar el lugar donde lastimar al oponente, quien es un campeón con todas las letras, ningún invento del marketing. La diferencia de altura, tal vez, es lo que obligó al cubano a achicar los espacios, pero con tintes "suicidas" que lo llevaron a perder el combate por tanta absorción de daño, sobre todo al momento de abrir los brazos para iniciar los ataques, siendo el momento preciso en que la defensa de Gamboa queda completamente expuesta (sobre todo el mentón).
El cubano no sacó provecho de su buena técnica, tal vez no supo como hacerlo frente a un campeón de gran calidad como Crawford, o tal vez pecó de valentía exagerada, que en el boxeo siempre es bienvenida, pero no por eso se puede ganar una pelea, por lo menos no con eso solo. El combate fue dramático, emocionante, como los que suele brindar el cubano, en este caso para su propio mal, significando su primera derrota. Pero sin lugar a dudas será nuevamente convocado para los grandes escenarios de este deporte.
Por su parte Crawford, de perfil más bajo, sigue imperando en la categoría con toda justicia y se mantiene rankeado como el segundo ligero del mundo detrás del mexicano Miguel Vázquez.
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