martes, 25 de febrero de 2014

Medio siglo, dos nombres, un campeón


Alzó ambos brazos y comenzó a bailotear, a mover sus pies como lo hacía durante las peleas. Sonó la campana y se dirigió al corazón del cuadrilátero, con mirada desafiante y soberbia, a la espera de un colaborador que inmediatamente después lo rodearía con sus brazos para no soltarlo. A unos metros, en una de las esquinas, Charles Liston recibía asistencia médica en su maltrecho pómulo. 'Sonny' era la esperanza de aquellos que querían ver derrotado al verborrágico rival de aquella noche, pero claudicó y no salió a combatir el séptimo asalto. El título mundial de peso pesado tenía nuevo dueño: Cassius Marcellus Clay.
Menos de 24 horas habían transcurrido del combate consagratorio cuando el boxeador anunció un cambio de nombre. Se llamaría Cassius X, en honor a su amigo Malcolm X -defensor de los derechos afroamericanos y ministro religioso del Islam- y para despegarse del "apellido de esclavo" que portaba. Diez días después, Elijah Muhammad, líder de la organización islamita a la que Clay pertenecía, le dejó un mensaje de teléfono que indicaba los nombres musulmanes que utilizaría definitivamente. Muhammad Ali.
A partir de allí, la carrera del boxeador se tornó vertiginosa, a tal punto que se convirtió verdaderamente en lo que su apodo revela. "The Greatest". El más grande. Ali es un ícono del deporte, fue el primero en poseer durante tres períodos el cinturón mundial de peso pesado, protagonizó combates épicos, marcó un antes y un después en la técnica del boxeo, se retiró con más del 90% de victorias en su registro profesional.
Aunque la historia de Muhammad trasciende por algo más que sus méritos deportivos. Se hizo grande sobre el ring, pero fue abajo del mismo donde se transformó en gigante. Se negó a combatir en Vietnam por motivos religiosos. Visitó todos los medios de comunicación. Recorrió el mundo con su desfachatado estilo. Fue estandarte del Islam, leía regularmente el Corán y oraba en dirección a la Meca. Usó una bata obsequiada por Elvis Presley para entrar al cuadrilátero antes de derrotar a Joe Bugner. Se fotografió junto a los Beatles. Accedió a sacarse fotos para que Andy Warhol las transforme en litografías. Ya retirado, visitó a Fidel Castro en Cuba. Recibió de Bill Clinton una medalla dorada en reemplazo de la que había ganado en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y arrojado poco después al río Ohio porque no lo dejaron ingresar a un restaurante por ser negro.
Hoy se cumplen cincuenta años de aquella noche en que Liston sucumbió y cedió el título mundial de los pesos pesados. Cincuenta años desde un punto de inflexión en los anales del boxeo. Medio siglo del final de la historia y el comienzo de la leyenda. Medio siglo de Muhammad Ali campeón.


Matías Ciancio
@matiashciancio

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